Planeando la Aventrura
Los que me han seguido saben que vivo en la que fue casa de mis abuelos desde hace más de 20 años. Que amo esa casa y que soy muy feliz viviendo en la Ciudad de México. También saben cuánto me gustan las aventuras y las cosas nuevas. Creo que esos son mis amores más grandes.
En esta ocasión ganó el amor a la aventura y nos vamos a vivir a un nuevo lugar. Siempre he fantaseado con vivir en una hacienda, con el romanticismo de trabajar el campo y cosechar nuestra propia comida. Mis hijas una y otra vez me han dicho que lo que me imagino no es la vida real. Aquí entre nos, lo sé, pero me encanta hacerles creer que sería increíble levantarnos a las 4:00 de la mañana a ordeñar a la vaca para luego hacer la mantequilla.
Nuestro cambio por mucho no es tan radical, pero sí nos vamos a una pequeña ciudad colonial a tomar la vida con más calma y a abrir un lugar donde pueda compartirles todo lo que he aprendido desde un ambiente más tranquilo y sano.
En mi cabeza está un salón de clases, una cocina para aprender diferentes formas de cocinar, una zona donde podamos cultivar verduras, donde haya gallinas y pequeños búngalos para los que quieran ir a aprender o sólo a disfrutar.
En mi espacio hay lugar para los que necesitan una beca para retomar fuerzas y para los que quieren ir a aportar sus conocimientos. Hace mucho no me sentía tan emocionada.
Ven, acompáñame a esta aventura que está por comenzar.